Simplemente una maravillosa, cruda y ácida historia de un actor que durante mucho tiempo interpretó a un superhéroe, y en los últimos años de su carrera quiere hacer algo nuevo, sin embargo la sombra del pasado no lo deja del todo; así podríamos resumir esta fantástica cinta hecha por el gran cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, quien después de la separación con Guillermo Arriaga, había tenido un pequeño bache en su carrera, el cual parece ya haber superado.
Con un gran reparto, una buena historia, y una banda sonora bastante atractiva, el mexicano fue más allá de estos elementos, así como de cualquier lógica y optó por realizar este largometraje prácticamente a una sola toma, que con ayuda en la fotografía de su compatriota, Emmanuel "el chivo" Lubezki, simplemente alcanzó la perfección, nos llevo por lugares y momentos excepcionales, sin dejar de lado lo más importante, el lado humano de los personajes.
La cinta relata la historia de Riggan Thomson (Michael Keaton), un actor que busca montar una obra de teatro basada en un cuento corto de Raymond Carver, que él mismo adapta, dirige y protagoniza; sin embargo durante su juventud Thomson se hizo famoso por interpreta a Birdman, un superhéroe que se dedicaba a salvar a la humanidad del crimen en superproducciones que se volvieron tan populares, por lo que es prácticamente imposible dejar de lado a dicho personaje.
En su afán de demostrar su talento como artista, Thomson comienza el montaje en Broadway, sin embargo una serie de sucesos comienzan a ocurrir, lo que le hace dudar de esta puesta en escena, ya que además de su voz interna que le pide a gritos regresar a interpretar a Birdman, lo que sin lugar a dudas le representaría un éxito en taquilla, también tiene que lidiar con un talentoso, pero egocéntrico actor, Mike Shiner (Edward Norton), así como una hija recién salida de rehabilitación, interpretada por Emma Stone, así como una actriz de baja autoestima, que permite veamos a Naomi Watts en un gran papel.
Las actuaciones de estos tres monstruos de Hollywood simplemente son impecables, al ver a Michael Keaton, inmediatamente recuerdas que durante algún tiempo el fue Batman y a lo largo de los años ha peleado por no ser estigmatizado como el hombre murciélago, mostrando así el gran talento que tiene; la compenetración con Norton es más que exquisita, el viejo y testarudo actor; junto al joven que quiere comerse al mundo, sin saber por donde comenzar, que no le gusta seguir las reglas y busca hacer lo que se le pegue la gana.
La combinación de todo el talento y el manejo que le da Iñárritu es maravilloso, te permite un deleite en la pantalla, que es acompañado por un buen aderezo, como lo es la continuidad en cada una de las escenas, con un ritmo que te adentra cada vez más y más en la historia y que cuando parece se vuelve predecible, pum!! todo cambia; sin lugar a dudas se trata de un trabajo muy completo por parte del también conocido como "El Negro", quizá el más grande y ambicioso de su carrera, por encima de Babel, 21 gramos o Amores Perros.
Se trata de una comedia, pero de una comedia inteligente, pensada, con un humor negro que simplemente te hace reflexionar muchas cosas, principalmente hasta que punto llega la ignorancia de las personas y como evitar caer en ella; sin lugar a dudar un filme que no se deben perder. Yo me despido deseándoles lo mejor y ya lo saben su opinión es muy importante así que me pueden contactar en twitter como @gusanodelmal o en @LaMarquesinaQro y en Face en La Marquesina Cine; no olviden visitar nuestro portal lamarquesinacine.com y ya lo saben, disfruten del séptimo arte. |